jueves, 26 de noviembre de 2009

LILJA 4-EVER. Una película estremecedora.




Cuando terminó la película me sentí devastada al comprobar esas oscuras realidades que parecen existir solo para realizar este tipo de trabajo y agradecida por la vida que me tocó en suerte. Después comprendí que llevar al cine un tema así, es conocer solo una porción de este terrible tema: la trata de blancas.
Lilja es una adolescente de dieciséis años que vive en "algún lugar" de la antigua Unión Soviética. Su madre la abandona por su amante para seguirlo a los EE.UU. Es así como Lilja, sola en el mundo, tiene que soportarlo todo para sobrevivir, humillada y engañada por su tía, sin dinero, sin opciones y sin recibir ayuda de la seguridad social de su país.
Existen momentos estremecedores y otros llenos de inocencia, la película narra solo tres meses de su vida, desde que su madre la abandona, hasta que la descubre esta nueva vida que tiene que asumir. En su camino al infierno encuentra a un amigo,Volodya, de trece años adicto al pegamento y al suicidio con el que mantiene un sólido lazo afectivo. Luego, al atractivo y jóven Andrei quien la sume en el peor de los engaños.
Algunos de los momentos que me impactaron fueron: la charla que mantiene con su amigo Volodya; mientras él entiende que solo la muerte lo puede alejar de toda la miseria en que esta inmerso, Lilja cree que la vida merece ser vivida y al avanzar la película estos sentimientos van desapareciendo. Otro instante que me enterneció fue la inocente venganza con para con su amiga, que anteriormente la ha traicionado de la manera más desleal, ocasionándole momentos terribles y sobrecogedores.
También me sorprendió mucho, como la protagonista logra ser engañada, pues considera que el sexo y el deseo que despierta en el otro género, es la única señal que la ayudará a descubrir el engaño de los hombres, sin advertir que tal vez aquello que se nos presenta demasiado bueno para ser real, sea irreal.

Entiendo que el propósito del film no es entretener si no mostrar algo de una manera cautivamentemente estremecedora, como para despertar conciencias anestesiadas. Eso quedará a cargo de cada espectador.
El director Lukas Moodysson no intenta ser amable o complaciente a la hora de contar su historia, el resultado es: una película desoladora, cruda y conmovedora, pero contadas de una manera exquisita, pues no apela a exhibicionismos, ni escenas de golpes bajos.
El papel de Oksana Akinshina (Lilja) es llevado a la perfección, desde su tristeza manifiesta en las primeras imágenes hasta la parca tesitura final, mostrando su progresiva decadencia.

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